Cuando tocas fondo en tu vida, no te queda de otra que intentar salir de ahí, porque llega un momento en el que tu alma ya no resiste más dolor y te pide que la saques de ahí. La primera vez que me pasó, cuando la infelicidad era mi compañera en la vida, llegó un punto en el que de repente apareció una luz, un rayo de esperanza, porque me di cuenta de que peor era difícil que pudiera estar, así que todo lo que intentase hacer, por muy poco que fuera, siempre lograría elevarme del lugar en el que estaba en aquel momento.
Y ahí está la clave, en empezar a hacer cosas para intentar subir. ¿No te gusta tu vida? ¿No te gusta lo que pasa en ella? ¿No te gustan los resultados que estás obteniendo para ti? Pues ¿Qué puedes hacer para salir de ahí? Las cosas no van a cambiar solas, no va a venir la Virgen María recubierta en un halo de luz a transformar la situación, el universo o la energía no van a provocar un remolino cósmico para dar un vuelco altamente positivo a tu vida. Sí lo sé, es una pena que las cosas no funcionen así, pero la situación no va a cambiar si tú no te diriges con firmeza hacia lo que quieres y empiezas a tomar acción para transformar las situaciones que obstaculizan tu vida. Quizás después, con la inercia de los cambios que hayas provocado, empiecen a producirse sincronicidades, a aparecer circunstancias y personas que te puedan ayudar en eso que has decidido que quieres, pero vas a tener que recorrer bastante camino impulsad@ por ti mism@ y tus decisiones, hasta que esas cosas empiecen a pasar.
Seguimos con el tema del dolor. La infelicidad puede provenir de muchas circunstancias, pero tú también puedes proponerte muchas alternativas para salir de ahí. Si el dolor es porque no encuentras pareja o das siempre con personas que no te valoran, quizás debas de llenarte de amor hacia ti mism@. Si el dolor es porque no te gusta tu trabajo, quizás debas explorar con ilusión en tu tiempo libre qué actividades te proporcionan mayor felicidad. Si el dolor viene de por cómo te tratan los demás, quizás deberías empezar a quererte y valorarte tan fuertecito que nadie te vuelva a hacer sentir mal.
¿Qué ocurre? que cuando nos sentimos tan mal es difícil ver alternativas para salir de ahí. Cuando nos atrapan estas situaciones, estamos inmers@s en pensamientos negativos que nos bloquean y nos llenan de ansiedad, pensamos en lo mal que nos sentimos y vemos un futuro triste y oscuro. Tu mente se ve atrapada ahí, así que tienes que sacarla de ese estado para que pueda ver qué hacer para sentirse mejor. Una muy buena herramienta para conseguir esto es hacerse preguntas que hagan que tu mente te coloque en otro lugar. Así que te voy a dar tres preguntas que son una especie de llave que te pueden ayudar a abrir una ventana por la que pueda entrar la luz.
En primer lugar pregúntate ¿Qué es lo que quiero? Seguramente tienes identificadas el montón de cosas que no te gustan ahora mismo de tu vida, pero, ¿Qué es lo que sí quieres? ¿Qué es lo que sí quieres que esté presente en tu vida? ¿Qué es lo que quieres conseguir? ¿Cómo te quieres sentir? ¿Cómo quieres ser? Pensar lo que sí quieres te coloca en un lugar más esperanzador y lleno de ilusión, tu mente busca posibilidades y oportunidades, mientras que si te centras en todo lo que duele, en los problemas, tu mente se cierra y te llena de emociones como la tristeza o la ansiedad.
Una vez hayas contestado a la pregunta ¿Qué es lo que quiero? pregúntate ¿Qué puedo hacer para lograrlo? Haz una lista de todas las cosas que se te ocurran para lograr conseguir esas cosas que quieres. Si por ejemplo quieres sentirte más segur@ de ti mism@ ¿Qué cosas podrías hacer? Y cuando hayas hecho una lista de todas las cosas que podrías hacer para lograr que tu vida se parezca un poquito más a eso que quieres, pregúntate ¿Qué me impide hacer esto para lograr lo que quiero? ¿Qué te ha impedido ser una persona más segura de ti misma? ¿Qué te ha impedido dirigirte hacia lo que quieres para ti? Identifica lo que te impide conseguir lo que quieres y de nuevo haz una lista de las cosas que vas a hacer para superar esos obstáculos y lograr lo que quieres. Haz una lista de las cosas que te van a permitir ir saliendo del fondo y poco a poco llegar a la superficie, para iluminar tu vida y volver a ser feliz.
Este es un comienzo, una manera de abrir tu mente a las soluciones, a la creación de alternativas que llenen tu vida de cosas que te puedan hacer feliz. Si te es muy difícil identificar aspectos más profundos de tu comportamiento hacia ti mism@ o hacia los demás que están obstaculizando tu vida, empieza simplemente por incorporar actividades que te hagan más feliz, que te ayuden a salir poco a poco de la oscuridad. Haz un inventario de cosas que te gustaría hacer, cosas que has ido posponiendo. Te dejo por aquí otra pregunta de esas que te ayudan a ver alternativas y oportunidades, que te ayudan a ver las cosas de otra manera. Piensa que mañana te jubilas, ¿Qué harías con todo ese tiempo libre? Qué cosas te gustaría aprender ¿harías algún curso en concreto? Querrías aprender algo nuevo como por ejemplo hacer sur, coser, pintar o sacarte el título de peluquería. ¿A dónde te gustaría ir a comer para celebrarlo?, ¿Qué lugar de tu entorno te gustaría visitar? ¿Te gustaría aprender cerámica o entrenarte para participar en una carrera? Si diriges tu mirada hacia cómo te quieres sentir y lo que quieres para ti, en lugar de hacia al dolor o la tristeza, sin darte cuenta empiezan a aparecer un mundo de cosas que podrías probar y que podrían ser una nueva fuente de felicidad que poco a poco te impulse hacia arriba.
Así que si te das cuenta de que llevas mucho tiempo mirando hacia la tristeza, pregúntate qué es lo que quieres y gira la cabeza hacia el lugar en el que se encuentran la ilusión, las alternativas y las posibilidades de ser feliz.
Espero que el post te haya ayudado o resultado inspirador. Si te apetece comentar algo, nos vemos aquí abajito :))))))