En el post anterior te hablé de que tu vida es algo así como un barquito en el mar. Imagina que estás en el medio del océano y que puedes decidir qué ruta quieres tomar, algo así es tu vida, puedes elegir qué rumbo quieres seguir, dónde quieres estar. Porque ¿qué crees que ocurriría si no ponemos un rumbo al barco? si lo dejamos en medio del mar a merced de las olas, si dejamos que sean las corrientes y las mareas quienes decidan donde va a terminar tu barco. Que sea el destino, el universo o Poseidón el dios del mar, quién decida a dónde vas a llegar. Puedes pensar que quizás tengas suerte, que las suaves mareas pueden llevar tu barco a las costas de Brasil, que vas a llegar a una bonita playa en la que la gente se divierte bailando una samba o una bossa nova y donde hay unos camareros dorados por el sol sirviendo mojitos de fresa. ¿La vida podría hacerte semejante regalazo? Es una probabilidad, como ganarse la lotería, pero el mar es muy grande y podrías llegar a cualquier otro lugar.
Te acuerdas de Tom Hanks en Náufrago, el no tuvo tanta suerte, llegó a una bonita isla pero en esta no había prácticamente nada de comer, el pobre Tom solo comía cocos y lo que podía pescar y para hablar solo contaba con Wilson, un balón de futbol con una cara pintada. ¿Y si las mareas y las olas deciden que ese es el lugar al que te van a llevar? Quizás lo de decidir a dónde se quiere ir y poner un rumbo elegido, sea una mejor opción que dejar al mar que decida en tu lugar.
En el post anterior te pedía que hicieras una lista que reflejase cómo querías que fuera tu vida, para luego establecer de dónde partías y qué acciones tenías que llevar a cabo para poder llegar desde donde estás ahora a dónde quieres estar. Ahora te voy a proponer otra área de exploración. Quiero que pienses en qué cosa si la cambiaras lograría una transformación sustancialmente positiva en tu vida, como si se tratara del nudo central de una madeja que al soltarlo te permitirá desenredar con más facilidad el resto del hilo. Quizás creas que si tú fueras una persona más decidida y valiente, tu vida tomaría otro cariz. O que si tuvieses el valor de buscar otro trabajo y aventurarte a un cambio laboral, tu vida empezaría a resultar más ilusionante para ti. ¿Qué aspectos de ti o de tu vida si los cambiaras podrían provocar un cambio en tu vida a mejor? Puedes hacer una lista con varios de esos cambios y después decidir cuál sería el que provocaría un mayor resultado.
Si yo fuera más … Si yo fuera menos … Si yo hiciese … Si yo dejase de hacer … Si en mi vida existiese … Si en mi vida cambiase … Te dejo reflexionando un poquito sobre esto.
¿Hiciste el ejercicio? ¿Ya sabes qué primera cosa quieres cambiar? Imagínate que te pones manos a la obra a iniciar ese cambio en tu vida que la va a convertir en algo mejor. Puede ser que lo logres, que como te expliqué en el post anterior lo único que te hacía falta era definir lo que quieres y poner dirección y acción. Pero también puede ser que lo que quieres cambiar te genere resistencia, que por alguna razón que no terminas de entender te cuesta hacer los cambios que quieres realizar. Por ejemplo, tienes la tendencia de ayudar a todo el mundo siempre que te lo piden y como la gente que te rodea lo sabe siempre te está pidiendo cosas. Esto te pasa con tus amistades, tu familia y en el trabajo, porque tú eres una persona maravillosa que se ofrece siempre cuando alguien lo necesita. Pero resulta que muchas de esas peticiones ya te cansan, que a veces sientes que constituyen un abuso, en definitiva, que no todo lo que te piden lo quieres hacer, pero no sabes muy bien como una y otra vez terminas ayudando a los demás y haciendo lo que los demás quieren de ti.
Quizás ese no sea tu caso, quizás a ti lo que te ocurre es que trabajas sin cesar y que te cuesta mucho darte un minuto de tiempo libre para descansar o que te mantienes siempre en un segundo plano porque sientes que destacar o ponerte en valor es algo a lo que tú en concreto no te puedes dar permiso. Bueno pues resistencias como estas se dan porque dentro de ti hay anclados una serie de pensamientos que impulsan tu comportamiento en una determinada dirección. Dentro de ti se ponen en marcha una serie de ideas y razonamientos, de manera consciente o inconsciente, que te llevan a desenvolverte en tu vida de una determinada manera.
Bueno, ahora te voy a pedir que hagas un último ejercicio. Quiero que pienses en cómo cambiaría tu vida si cambiases ese aspecto de ti que te está llevando a situaciones que no te terminan de gustar. Cómo sería tu vida si lograses hacer ese cambio, cómo cambiaría tu día a día, ¿aparecerían nuevas oportunidades? cómo sería tu vida en el trabajo, con tus amig@s, con tus familiares. Piensa en oportunidades, en cómo tu vida se acomodaría de una manera mejor.
Una vez hagas esta lista quiero que te plantees otro supuesto. Ahora quiero que pienses en cómo será tu vida si no realizas el cambio, qué aspecto tendrá tu vida a largo plazo si te mantienes con ese comportamiento. ¿Crees que las cosas se van a mejorar solas en algún momento si no haces nada? ¿Crees que las cosas irían a peor? ¿Cómo sería tu vida de aquí a tres o cinco años si sigues viviendo de la misma manera?
La escena más reveladora de la película Náufrago para mí, es cuando Tom Hanks se aventura a salir de la isla. Después de lograr superar las olas que rompen cerca de la costa y llegar a mar abierto, de repente gira la cabeza, mira la isla y su estado de ánimo cambia, sabe que ya no hay vuelta atrás, que sale de la “seguridad relativa” que le proporcionaba la isla para aventurarse a lo desconocido. No sabe lo que va a pasar, sabe que ha asumido un riesgo pero lo tenía que hacer porque en la isla sobrevivía pero no había felicidad. Decidió salir de la isla y tener la esperanza de que podría tener la opción de vivir una vida mejor.
Si quieres que sea tu Wilson (un poquito más hablador y resolutivo) y te acompañe a salir de tu isla para llegar a tu lugar soñado, ya sabes que puedes hacer sesiones de coaching conmigo para identificar esos pensamientos que constituyen tus resistencias al cambio. Puedes echarle un ojo a mi propuesta de sesiones “Resintonizar” y ver si algo te dice que te podría ayudar.
Aquí te dejo la escena de Náufrago de la que te hablo y una cancioncita para elevar un poco el ánimo después, porque a mí que he tenido que salir de mi “propia isla” y he sentido lo mismo, la escena me toca un poquito el corazón.