Seguro que has oído hablar de las creencias limitantes, son esos pensamientos negativos que tenemos sobre nosotr@s mism@s, que nos limitan y nos hacen comportarnos de una manera determinada, porque si piensas dentro de ti que no eres lo suficientemente buena esto influirá en cómo te ves a ti misma, cómo te relacionas con los demás o cómo interpretas las cosas que te dicen o que te pasan. ¿Pero cómo llegan ahí esas creencias y sobre todo cómo las podemos identificar? porque muchas veces caminan de puntillas, están a tu lado influyendo en lo que te dices y en tu comportamiento pero tú casi no las ves.
Pues te empezaré diciendo que dentro de cada un@ de nosotr@s hay un universo de pensamientos y significados que guían nuestro comportamiento. Un universo de verdades y creencias que hemos colocado ahí a lo largo de nuestra vida, fruto de la manera en la que nuestros padres se relacionaban con nosotr@s, de la educación, los valores recibidos o de las experiencias vividas. Todo esto ha creado un universo de significados dentro de nosotr@s, significados sobre cómo somos y sobre cómo funciona el mundo.
Nos hemos creado una imagen concreta de nosotras mismas, además de saber que somos altas o bajas, rubias o morenas, con sentido del humor o amables, también hemos agregado otro tipo de significados como que no somos lo suficientemente buenas, que no hacemos lo suficiente o que no nos merecemos ciertas cosas. A veces no somos conscientes de esos significados que nos hemos dado a nosotras mismas, porque se encuentran por así decirlo en capas más profundas, no son tan visibles como el hecho de que seas rubia o morena, pero los podemos averiguar si escuchamos las cosas que nos decimos.
¿Qué cosas te dices de manera habitual? ¿Qué te repites frecuentemente cuando las cosas no salen como tú quieres, cuando fallas o cometes un error? Yo después de muchísimo, muchísimo tiempo, me di cuenta de que casi todos los días al llegar la noche me decía «tenía que haber trabajado más» «no hiciste lo suficiente», cada día de mi vida me acompañaba la sensación de que podía haber hecho más, que lo que hacía no era suficiente, que quizás no había estado lo suficientemente centrada y concentrada y que podía haber trabajado más. Y esto no es solo algo que te digas, al decírtelo ejerce un peso sobre ti y tiene un reflejo en tu comportamiento aunque tú no seas consciente de la relación entre pensamiento y comportamiento. Si piensas que no haces lo suficiente pues harás cosas parecidas a las que yo hacía, como llevarte constantemente trabajo a casa, seguir trabajando aunque estés de vacaciones o dedicar ese tiempo para hacer algún curso para mejorar tu currículum, en lugar de descansar que es lo que toca en tus vacaciones, y te comportas así porque lo que haces siempre te parece insuficiente.
Hay sensaciones que nos acompañan, que nos susurran bajito al oído cosas, quizás sientes casi todos los días que te podías haber vestido mejor, que no vas lo suficientemente arreglada. O quizás te susurra la idea de que en realidad tú no obtienes ciertas cosas porque no estás a la altura, que los demás por alguna razón son más que tú y consiguen lo que tú no logras. Quizás te digas que no eres lo suficientemente guapa o inteligente, que tu pareja podría estar con alguien mucho mejor que tú y ni siquiera entiendes cómo está contigo. Esos susurros están ahí, los escuchas pero quizás no te das cuenta de que es una voz constante, que te habla casi todos los días diciéndote lo poco que vales, lo poco útil que eres o lo mucho que hacen los demás y lo poco que haces tú.
Esas voces en realidad no son nuestras, son las voces de experiencias y personas de nuestra infancia. De niños no tenemos la capacidad de racionalizar las cosas o de comprenderlas como un adulto, así que con nuestra mentalidad de niños le damos ciertos significados a las experiencias que vivimos, significados que colocamos dentro de nosotros. Así que si tus padres se separaron cuando eras una niña, quizás tu interiorizaste que no eras lo suficientemente buena o valiosa como para que se quedaran a tu lado. Quizás si tuviste unos padres que eran muy estrictos y poco afectuosos tú entendiste que no merecías ser querida o si constantemente estaban corrigiendo lo que hacías y pidiéndote que te comportaras de otra manera, entendiste que ser tal y como eres no es suficiente para gustar a los demás.
Y sin darte cuenta, todas esas cosas que tu entendiste con tu mentalidad de niñ@, te acompañaron a la edad adulta y se convirtieron en esas voces que te susurran bajito al oído, que te dicen que no eres lo suficientemente guapa, que no haces todo lo que podrías o que no te mereces las cosas buenas que te pasan. Todos esos significados se convirtieron en parte de tu identidad, te acompañan y construyen tu comportamiento en la vida y con los demás. Así que si eres esa niña que entendió que si se mostraba tal y como era no iba a gustar a los demás, puede ser que tengas la necesidad constante de mostrarte a los demás como una persona encantadora, súper especial y perfecta, porque si eres simplemente tú misma los demás te pueden rechazar.
Por eso es tan importante conocerse y aprender a descifrarse, identificar todos esos pensamientos que nos susurramos bajito al oído, para hacerlos plenamente visibles y poder diluirlos, porque pesan, porque duelen, porque nos atan con cuerdas imaginarias que no nos permiten caminar de una manera más ligera y libre. Quieres que te ayude a descifrar las cosas que te dices, a comprenderlas y a quitarles poder. Quieres identificar qué comportamientos estás realizando en tus relaciones o tu vida diaria, llevada por esas voces bajitas que te susurran al oído. Pues te animo como siempre a que intentes hacer alguna sesión conmigo, las sesiones que realizo te ayudan a descifrar ese mapa de pensamientos que te acompaña en la vida, para tratar de hacerla más bonita y ligera. Puedes consultar la pestaña de sesiones de la web para que entiendas un poquito mejor en qué consisten y cómo te pueden ayudar. Si te animas estaré encantada de ayudarte a ver con más claridad y acompañarte en la construcción de cambios que mejoren tu realidad.